La evolución del cloud computing
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El cloud computing, también conocido como computación en la nube, surge en la década de los 50 y desde entonces no ha dejado de revolucionar la forma en que almacenamos, compartimos y accedemos a los datos. Su evolución ha sido asombrosa en cuanto a crecimiento, a lo largo de este tiempo han existido todo tipo de tecnologías que han ayudado a crear el cloud computing como lo conocemos hoy en día, convirtiéndose en una herramienta esencial tanto para las empresas como para particulares.
Características del cloud computing
El cloud computing ofrece una gran cantidad de características que han hecho que se convierta en una de las tecnologías más solicitadas de nuestra era. Entre ellas, encontramos la virtualización, los sistemas distribuidos, la arquitectura orientada a servicios y la computación utilitaria.
Virtualización
La virtualización es el proceso por el que pasa un recurso para crear su versión virtual, como un servidor, un dispositivo de almacenamiento o una red, de esta manera son varias las personas que pueden utilizar el mismo recurso al mismo tiempo sin interferir entre sí.
Desde los años 60 la virtualización ha revolucionado la forma en que las organizaciones gestionan su infraestructura informática. Como resultado, las empresas pueden ampliar o reducir sus necesidades informáticas según necesiten.
Existen dos técnicas populares de virtualización utilizadas en la computación en la nube: basada en hipervisor y la virtualización basada en contenedor. Con la primera, se utiliza un hipervisor para crear y gestionar máquinas virtuales desde un servidor físico. En cambio, en la segunda, se utilizan contenedores para separar las aplicaciones, permitiéndoles ejecutarse en un sistema operativo anfitrión. En cualquier caso, la virtualización es clave para proporcionar una mayor flexibilidad y agilidad en las operaciones.
La virtualización también ofrece otros beneficios, entre ellos una mejor utilización y eficiencia de los recursos. Al aprovechar los recursos virtuales, las empresas pueden sacar el máximo partido de su hardware, reduciendo costes y la necesidad de recursos adicionales. Gracias a herramientas como Google Analytics, las empresas pueden supervisar y optimizar sus operaciones, obteniendo información sobre patrones de uso y rendimiento.
Sistemas distribuidos
La informática en la nube es posible gracias a la arquitectura distribuida de sus sistemas y protocolos. Estas redes se encargan de transmitir y procesar datos de forma rápida y segura, además, siempre se están adaptando para satisfacer las necesidades, en constante cambio, del ecosistema digital.
Desde la escalabilidad y la flexibilidad hasta la eficiencia y la fiabilidad, los sistemas distribuidos son un factor clave del éxito del cloud computing. Estudiando sus entresijos, los alumnos pueden comprender mejor la nube y su funcionamiento. Algo que les permitirá desarrollar y manejar las tecnologías de vanguardia del presente y futuro.
Arquitectura orientada a servicios
La arquitectura orientada a servicios, también conocida como SOA es un elemento crucial en el ámbito del cloud computing, permite a las empresas producir y prestar servicios ágiles, escalables y eficientes. La SOA es un estilo arquitectónico que se basa en el concepto de servicios, vistos como componentes individuales que pueden combinarse y reciclarse para crear aplicaciones más complejas y elaboradas.
Una de las características más notables de la arquitectura orientada a servicios es su capacidad para facilitar la operativa entre distintos sistemas y aplicaciones. Esto significa que las empresas pueden integrar rápida y fácilmente las plataformas y programas existentes con nuevas soluciones basadas en la nube, sin tener que reconstruir por completo su infraestructura informática. Esto no sólo ahorra tiempo y dinero, sino que también ofrece a las empresas la posibilidad de aprovechar las últimas tecnologías y servicios basados en la nube para mantenerse por delante de la competencia.
Computación utilitaria
La computación utilitaria es un concepto revolucionario en el ámbito del cloud computing. Permite a los usuarios pagar sólo por los recursos que utilizan, evitando la necesidad de comprar un hardware caro e innecesario. Gracias a ello son muchas las empresas, tanto grandes como pequeñas, que pueden beneficiarse de este sistema flexible, optimizando y mejorando su infraestructura informática y reduciendo costes.
Una de las principales ventajas de la utility computing es su naturaleza bajo demanda. Es decir, las empresas pueden aumentar o reducir fácilmente sus recursos informáticos para satisfacer sus necesidades. Esta flexibilidad es una gran ventaja en comparación con el modelo tradicional, que requiere invertir en un hardware y software fijos que pueden permanecer inactivos durante largos periodos.
Otra ventaja de la computación utilitaria es que es fácil de usar. Con una sencilla interfaz web, los usuarios pueden acceder y gestionar sus recursos informáticos con facilidad. Pueden hacer un seguimiento de su uso, establecer alertas por correo electrónico y hacer ajustes según sea necesario. Esta sencillez y comodidad permite a las empresas centrarse únicamente en sus competencias básicas, en lugar de dedicar tiempo y recursos a la gestión informática. Además, como la infraestructura la gestiona un proveedor externo, las empresas pueden aprovechar su experiencia y conocimientos sin tener que contratar personal informático interno.
¿Dónde estudiar cloud computing?
Si estás deseando ampliar tus capacidades y conocimientos en informática en la nube, tienes a tu disposición un gran abanico de opciones. Un buen punto de partida es tomar clases online, ya que muchas universidades e instituciones educativas ofrecen cursos adaptados de cloud computing. Lo mejor es que elijas una que además te permita acceder a las certificaciones oficiales, y así podrás demostrar tus aptitudes sobre la materia.
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